Seguro que algún malpensado habrá colegido ya que al espabilado de Alterfines, con eso de la edad provecta, se le ha debido de pasar por alto encabezar su entrada de hoy. Pues no señor, mira tú por donde; resulta que sí que está titulada…
Que nadie se alarme, o corra a buscar sus gafas contra la presbicia: lo que sucede es que no se me ha ocurrido mejor homenaje a lo rematadamente mal que se está comunicando a los de arriba que no nos representan, que hace tiempo que dejamos de confiar en ellos, que en un momento dado –y esperemos que no muy lejano– vamos a coger el toro por los cuernos y… que sorprender a mis siempre sufridos lectores con algo un tanto singular: el titular invisible. (Y mejor no preguntar en los comentarios qué barbaridad he escrito, pero que no se puede ver, merced a la “magia” del código html: si mi abogado se enterase pediría la jubilación anticipada, no os digo más…).