‘Cortos de Fondos’ 36/258

Hacia la izquierda, hacia la derecha. Y vuelta a empezar. El cansino ir y venir de los limpiaparabrisas y el repiqueteo constante de aquella lluvia, mansa pero atroz, contra el cristal delantero de su automóvil comenzaban a ponerle nervioso. Un desasosiego que sólo acertó a calmar acariciando suavemente el mango del hacha, que descansaba sobre sus rodillas desde que iniciara el viaje de regreso a casa.

Cartelicos aleccionadores XVII

(Un resumen de los enviados a los amigos y conocidos en los últimos tres años)

‘Cortos de Fondos’ 35/258

«El pensamiento debe de ser una de las pocas cosas de este mundo que no hacen ningún tipo de ruido», reflexionaba en silencio, cambiando ligeramente de postura debido a la dureza del asiento y a lo angosto de su puesto. «Incluso aunque esté uno pensando, es un decir, en el choque violento, pongamos a 210 kilómetros por hora, de sendos trenes de mercancías cargados respectivamente con una provisión de campanas nuevas para todas las iglesias de Andalucía, el uno, y tres o cuatro depósitos cisterna de nitroglicerina, el que sin embargo ha salido de Alcázar de San Juan con 10 minutos de antelación…», se dejaba llevar por su desbordante imaginación.
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Tubos verticales de pigmentación lineal y accionamiento manual

Así describiría un extraterrestre un bolígrafo. Y así acabaremos hablando si nos dejamos llevar por esa moda actual de no tener claro dónde está el Norte. Seguramente influenciados por quienes peor se expresan, aquellos que siempre eran los últimos en clase y a los que nadie quería en su grupo –esto es, los políticos–; o lo que es más sencillo, contagiados por la falta de talento que reina por doquier. El caso es que ahora, nos ha dado por llamar a los vagos de toda la vida ‘personas desmotivadas’, los viejos han adquirido el status de ‘nuestros mayores’, los vagabundos –hermosa palabra castellana– son ni más ni menos que »sin techo’ (y ya no digamos, ‘homeless’) y los ciegos han pasado a ser ‘invidentes’. Por citar solo cuatro ejemplos de lo que ha adquirido el nombre oficioso de sus, ya digo, más que probables instigadores: lo políticamente correcto. Nada como intentar hacer más llevaderos sus males, piensan el paternalista y el imbécil, que encontrar una forma diferente de denominarlos, que no describa tan abiertamente lo que son. Que está feo señalar con el dedo, niños.

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‘Cortos de Fondos’ 34/258

Ya se me ha olvidado el genial arranque con el que se supone que todo buen narrador ha de impactar a sus lectores, para obligarles a seguir leyendo. No consigo recordar cuál era aquel comienzo subyugante que hace que estos no puedan apagar la luz de la lampara de la mesilla de noche, se pasen la parada de autobús en la que tenían pensado bajarse, o busquen cualquier excusa para tener un momento a solas, y poder así seguir avanzando en el relato; perdonando incluso la siempre grata ‘cabezadita’ de sobremesa en una cómoda butaca orejera…

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