(…) concederte tres deseos», dijo desperezándose, pues había estado unos pocos siglos en la misma e incómoda postura.
–«Cualesquiera, he de suponer», afirmó Aladino de modo un tanto gratuito, pues nunca se había visto en una situación así y por lo tanto no podía tener experiencia alguna al respecto.
–«Dentro de unos límites razonables, sí», replicó el genio, harto de encontrarse “espabilados” cuyo primer deseo solía consistir en «que me concedas más de tres deseos…».
–«Es decir, que la única limitación es que el deseo no se refiera a ese nimio detalle de que tan sólo satisfaces tres peticiones ¿verdad?».
–«Eso es, chico listo». A estas alturas –después de dos horas de explicarle a Aladino quién era, qué hacía metido en una herrumbrosa lámpara de petróleo y los beneficios que le iba a reportar el haberle liberado– el genio empezaba a mostrarse impertinente. E incluso un poco chulo. «Es más, como veo que tu primer deseo va a ser algo rebuscadillo, te desafío, excediéndome en mis atribuciones: mientras no te lo acabe de conceder, ya sea porque me lo tenga que pensar o porque tarde en buscar y traerte lo que quiera que se te ocurra, te concedo cuantas otras cosas seas tengas a bien pedirme en ese tiempo…».
–«Y esos otros deseos “extra” tampoco pueden referirse al número de los que concedes oficialmente, claro», comentó Aladino que seguía dale-que-te-pego. El genio se tapó los ojos con la mano, tratando de vencer un irresistible deseo de convertir a Aladino en una boñiga de camello, y montárselo por su cuenta de una vez por todas.
–«Estoy esperando, amo(*)»
–«Ya está; ya lo tengo. Lo suyo es solicitarte un deseo que te sea tan difícil de conceder que permanezcas a mi lado durante mucho tiempo, colmándome de bienes y caprichos».
–«¡Y soportándote!», se impacientaba el genio. «¿Quieres pedir de una vez, demonios?».
–«Mi primer deseo es…».
–«¿Y bien?».
–«…que no me concedas nunca el primer deseo», exclamó sonriente Aladino, quien, ante la cara de estupefacción del genio se vio en la obligación de explicarle sus taimadas intenciones: «Nunca podrás concederme este deseo, pues de hacerlo lo incumplirías, y de no hacerlo, lo estarías satisfaciendo, lo cual a su vez te llevaría de nuevo a incumplirlo ¿entiendes? Así que si no te importa, ve buscándome una sombrita tranquila que voy a reflexionar sobre nuestra futura sociedad».
Dentro de la lámpara estaba fresquito y a solas, desde luego; es una pena que el hilillo de voz de Aladino no pudiera ser escuchado por el genio, que optó por meterle en su interior mientras pasaba la eternidad reflexionando sobre lo del dichoso deseo.
—————
(*) N. del E. ¿Es necesario aclarar que aquel «amo» sonó bastante falso?
Eso pasa por listo! Cosas de las paradojas! jejejejeje Si es que no se puede ser tan rebuscado… hombres!
Un besito poseso!
Un listillo, el Aladino. Y un capullo también: con la de peticiones que tendría yo para hacerle al genio de la lámpara así, a bote pronto…
(Otro) besito
¡Ese Aladino es un loquillo! Sacándose eficaces ejercicios de lógica de la manga ;P
Mis más cordiales saludos desde el Golfo de México (no en el agüita, sino en la tierrita) 😉
¡Un ‘espabilao’! Así termina: como todos los ‘listillos’.
Saludos desde un sitio donde la playa más cercana está a no menos de 350 kilómetros.
Deseos… Aladino tiene auténtica alma de yoga, desafectación, la ausencia de deseo es lo que nos hace felices… ¿era por eso.. no? 😉
Lo que les hace felices a algunos –y tiene toda la pinta de ser lo que le pasa a Aladino…– es tocarle las narices a los demás 😎
La ausencia de deseo ¿no nos convierte en mojones de carretera o en postes telegráficos? jjjj
Un besote otoñal
hay un chiste, que no viene a cuento, pero me he acordado de él, y seguramente tu conoceras. Ese genio que se aparece aun sr, y le concede un deseo; el señor le dice que como le dá miedo el avión quiere una autovía que llegué a las canarias desde cádiz. el genio lo convece: eso es muy dificil, mira que hay muchas cosas más que puedes pedir, no me compliques. entonces el sr. dice, que se ha divorciado tres veces, y le encantaria conocer a las mujeres. El genio lo miro, se pone pensativo, y le contesta: «¿Cuántos carriles quieres, dos o cuatro hasta las Canarias?».
Un beso 😉
No me los imagino allí dentro a los dos arrepretujaos… tarde o temprano, (mas temprano que tarde creo yo) acabaría escupiéndolo para las afueras…
El sabes aquel del gangoso que le pidió una……. enooooorme y le concedió una de esas gigantes, que llevan los petroleros… sí hombre, de esas blancas y rojas…
…una boya, vamos…!
Puñetero destino, es que no saben de pedir…
b7s.
Me sabía el de una …… insaciable: y le concede una gallina que come, y come, y come…
Hay que tener muy claro lo que quiere uno, por si al limpiar la plata, frotando, frotando aparece el genio…
Abrazo Nº5 (¡mira, con éste no contaba yo hoy! jjj)
Cony…! Cuidao que este tiene rima y ….
mejor pasamos al 6º..
Feliz finde.
Que cansino este Aladino, y que repelentillo, soy yo el genio y le doy un botellazo que lo dejo inconsciente, asumo las consecuencias con tal de no aguantarlo.
Besitos
Capaz de rallar a cualquiera. Por eso acaba como acaba.
Pringao…
(Más) besitos
Dredelamorhermoso, que diría el maestro Forges. Qué paciencia hay que tener para ser genio. Siglos esperando para que te saque semejante palizas.
Un abrazo.
Es increíble, ¿verdad? ¿Te toca el ‘gordo’ de encontrarte al genio, y todo lo que haces es darle por saco? Normal que termines sin deseos y a salvo de seguir dándole la murga al resto de la humanidad. El genio sí que sabe 😉
(Otro) abrazo.
Un listillo este Aladino, jejeje
Sí, un verdadero espabilado jjj Así acaba…
Un negro en medio del desierto se encuentra una lampara mágica, con genio incluido, el cual decide concederle tres deseos.
– Quiero ser blanco, tener mucha agua y ver muchos culos.
El genio le convirtió en WC 🙂
Yo del genio hubiera desintegrado a Aladino. Uf!
Besos con antenas oxidadas.
Es que la historia del genio, la lámpara y Aladino es… ¿antigua? ¿clásica? ¡Pero si ha dado hasta para chistes varios! 😉
(Más) besos, de esos, posesos jj
Ten cuidado con lo que deseas, no se te vaya a conceder.
Perdónamen, pero me han dado uno de esos premios que nos sirven para decirnos lo guapo que somos. Al tratarse de «Premio al blog sorprendente» pues qué quieres. Te sorprenderá saber que te lo he dado, haz con él lo que te apetezca.
Un abrazo sorprendido.
Exacto, hay que tener cuidado con lo que desea uno. Pero hombre, digo yo que qué menos que tener pensadas un par de peticiones, por si aparece la lámpara, ¿no? Digo yo jjj
Muchas gracias: a) por el galardón b) por la rima y la elegancia al entregarlo.
(Otro) abrazo sorpresivo.
Una nueva vuelta de tuerca al tema del genio. Muy bueno. Yo también recuerdo un chiste con el mismo tema pero, como es malo y algo vulgar, lo dejaremos para otra oportunidad.
Como dato al margen yo preferiría que se me apareciera «Mi bella genio», pero bueno, quizá eso ya cuenta como un deseo.
Un abrazo.
Sí, creo que sí, que pedirle al genio que se convirtiese en una ‘top model’ podría ponerlo aún de peor humor 😉
(Otro) abrazo.
De verdad… los hay que con tal de llamar la atención son capaces de cualquier cosa.
Si yo fuera el genio lo tendría clarísimo, lo convertiría en genia.
Besazo
Un verdadero liante, el Aladino de marras.
Sí, la verdad es que puede dar las gracias de no haber acabado convertido en pareja del genio… aunque no creas, que éste se lo está pensando jjj
(Otro) besazo.
Jajaja, un genio muy ingenioso. Pero lo es más el autor.
Muy bueno.
Mientras no acabe siendo un listillo como Aladino todo va bien, amiga.
Un abrazo.
Desde luego que merecido, por listo, yaque estáis con chistes del estilo este, un negro en el desierto que le pide tres deseos, ser blanco, tener mucha agua y ver muchos culos, y le convierte en váter 😀
Seguro que tú sí que te sabes el de «pues lo que quiero es una polla insaciable: y le concedió una gallina que comía, y comía, y comía… 😎
Abrazo otoñal, ilustre.
Yo reconozco que el de la boya enorme, el que decíais por ahí, me gana, ¿y el de quiero tener muchas pelas? y el genio, medio sordo, le llena de velas 😀
😀
🙂 ¡Qué divertidos! La historia y los comentarios
Es que aquí reina la anarquía, y se deja al personal argumentar, divertirse y hasta desbarrar 😛
Abrazos
Joer con Aladino. Este final del cuento no me lo sabía, y desde luego fue de lo mas inteligente. je,je,je
Besicos
Ana
Se lo andaba buscando 😉
(Más) besicos.
Una amena e imaginativa introducción al fascinante universo de la lógica a través de esta paradoja autoreferencial, que sólo puede resolverse recurriendo a la escala de metalenguajes ideada por el matemático polaco Alfred Tarski. Pero si el genio de esta historia hace honor a su nombre, no tardará mucho en dar con ella 🙂
No le conocía, y acabo de buscar cosas sobre él: qué tipo más interesante, y qué poco dan de sí mis conocimientos en lógica y matemáticas, porque cuando he llegado a la paradoja/teorema Banach-Tarski me he empezado a perder.
Gracias por descubrírmelo. Un abrazo.
De donde sacas tantas historias buenas<??? que inteligente el Aladino.. pero mas astuto el Genio. Bien hecho
Son las vocecillas de mi cabeza, ya sabes…
Un abrazo.